El podio de los Premis Vinari se decide en El Celler de Rubí y conmemora el centenario del edificio
La cata final de los galardones se ha adaptado a las medidas de seguridad para contener la Covid-19 y ha contado con la presencia de la alcaldesa, Ana María Martínez Martínez; el regidor de proyección de la ciudad, Moisés Rodríguez Cantón y Salvador Puig Rodríguez, director del Institut Català de la Vinya i el Vi
La antigua bodega Cooperativa de Rubí ha sido, un año más, el escenario de la cata final de los Premis Vinari que deciden los mejores vinos catalanes del año. 20 profesionales del mundo del vino -enólogos, sumilleres, periodistas- han probado a ciegas las 200 referencias que han llegado a la final del concurso. El Celler está vinculado a los Premis Vinari desde su nacimiento: El Celler se rehabilitó y recuperaró para la ciudadanía en 2013 y se estrenó precisamente para acoger la cata final de la primera edición de los galardones. Desde entonces, la cata a ciegas que determina el veredicto de los mejores vinos de Catalunya tiene lugar en Rubí. Este año, la cata final ha coincidido con el centenario del edificio rubinense que construyó el arquitecto César Martinell en 1920.
El acto ha contado con la presencia de la alcaldesa, Ana María Martínez Martínez y el regidor de proyección de la ciudad, Moisés Rodríguez Cantón. “La vinculación de este edificio con los Premis Vinari y el hecho que se haya convertido en la sede de la cata final de los galardones nos ha servido para darle valor y proyección. También es una manera de honorar el pasado vitivinícola de la ciudad y de dar valor a las personas que trabajaron y vivieron alrededor de la antigua bodega Cooperativa de la ciudad”, ha dicho la alcaldesa. Una vez acabada la cata, los miembros del jurado y la organización harán una visita guiada a la exposición sobre la historia de El Celler que se puede ver en la sala César Martinell.
Durante la cata final, se han valorado a ciegas los 200 vinos finalistas que habían obtenido las mejores puntuaciones durante la fase previa del certamen. Durante todo el proceso, los y las miembros del jurado han evaluado los vinos con la botella tapada, solo conociendo la añada y la categoría. "En un año muy difícil, las bodegas han mantenido la participación a los Premis Vinari. Muchos de los vinos de esta final vienen de bodegas pequeñas, los que más han sufrido el estado de alarma. Y esto mujer más sentido que nunca a la tarea de difusión e impulso de los vinos catalanes que hacen los premios" ha dicho, Salvador Puig Rodríguez, director del Institut Català de la Vinya i el Vi.
Los Premis Vinari también se han adaptado a la situación generada por la Covid-19. La organización de los premios ha reforzado las medidas de seguridad y adaptado el funcionamiento de la cata de vinos: los catadores se han sentado a dos metros de distancia entre ellos, han usado mascarilla, han utilizado constantemente gel hidroalcohòlico y no se han compartido espacios de ocio entre los miembros del jurado y organización. También con motivo de la Covid-19, este año se ha suspendido la cena relacional que se ofrecía después de la cata final. "Esta edición de los premios ha servido de prueba de estrés para los galardones: no teníamos claro que en medio del estado de alarma las bodegas tuvieran la capacidad de participar como un año normal. Y lo han hecho. [...] Tenemos que agradecer en el Ayuntamiento que siempre ha tenido la voluntad de mantener la cata y los premios vinculados a Rubí", ha explicado Salvador Cot y Belmonte, editor de Vadevi.cat.
Los ganadores de los Premios Vinari se darán a conocer el 9 de octubre en Vilafranca del Penedès.