El Ayuntamiento controlará la sobrepoblación de palomas gracias al uso de pienso anticonceptivo
El fármaco que recubre el maíz no es tóxico ni para las personas ni para los animales y sus efectos son reversibles
El Ayuntamiento de Rubí está llevando a cabo un control ético de la población de palomas utilizando pienso anticonceptivo. El objetivo es estudiar la efectividad del fármaco y su efecto en la población de palomas del municipio, con una estimación del mantenimiento y/o la reducción del número de ejemplares totales a medio o largo plazo.
En total se han colocado cuatro dispensadores de pienso anticonceptivo, tres de los cuales se han ubicado en zonas de azotea. Durante las cuatro primeras semanas se fidelizará a las palomas sólo con maíz. Posteriormente, se dispensará el maíz recubierto con una película de nicarbacina, un fármaco que impide la formación del caparazón de los huevos en el momento de la puesta, por lo que las hembras de paloma no podrán poner huevos.
El tratamiento consiste en administrar 8 gramos diarios de nicarbacina por ave. Los efectos de este fármaco son reversibles, es decir, que cuando las palomas dejan de ingerir el pienso anticonceptivo recuperan progresivamente la fertilidad.
La nicarbacina no es tóxica ni para las personas ni para los animales. Tampoco perjudica la salud de las palomas: se han llevado a cabo clínicas realizadas a palomas tratadas con nicarbacina y no han mostrado ningún efecto adverso ni tampoco ninguna modificación anatómica funcional sobre sus tejidos.
El uso de este fármaco tampoco pone en riesgo el medio ambiente: la cantidad de nicarbacina que excreta una población de palomas tratada es al menos 100 veces inferior al límite indicado en la normativa europea vigente en materia de riesgo ambiental.
Está prohibido alimentar a las palomas
La paloma (Columba livia) es una especie autóctona que forma parte de la fauna urbana. La sobrepoblación de esta especie puede acarrear problemas al actuar como transmisores de diferentes enfermedades. Otras problemáticas derivadas de un aumento incontrolado de la población de palomas son la acumulación de sus heces ─de elevado efecto corrosivo─, que puede provocar daños en las estructuras de edificaciones, espacios de uso público y mobiliario urbano, a la vez que ensucian aceras y fachadas. Asimismo, los nidos pueden ocupar y obstruir agujeros de ventilación.
Para evitar los problemas mencionados, no se debe alimentar a las palomas en espacios de uso público ni privado, conducta que puede ser sancionada en cumplimiento de la Ordenanza reguladora de la tenencia de animales de Rubí. De acuerdo con el artículo 75.11 de esta normativa, se considera una infracción leve “alimentar en viviendas, locales y otros espacios delimitados de uso privativo, así como en espacios de uso público en general y de pública concurrencia, los animales peridomésticos o asilvestrados sin la autorización municipal correspondiente”.
El hecho de no dar de comer a las palomas, así como evitar la presencia de nidos de estas aves en los edificios, ayuda a controlar su exceso de población.