El servicio de acompañamiento para personas con diversidad funcional ha realizado un total de 333 salidas

A mediados de abril, el Ayuntamiento de Rubí impulsó un servicio gratuito de acompañamiento para personas con diversidad funcional que presentaran trastornos de conducta vinculados a la situación de confinamiento. La iniciativa, coordinada por la Oficina de Atención a la Diversidad Funcional, se dirigía a niños y jóvenes menores de 21 años y a personas adultas con poco apoyo familiar que pudieran acreditar la necesidad de salir a la calle por razones terapéuticas. Desde su puesta en funcionamiento y hasta el 31 de julio, cuando el servicio se dio por finalizado, se han realizado 333 salidas de una hora de duración próximas al domicilio de la persona usuaria.

Durante estos paseos, un/a trabajador/a familiar de la empresa Suara ha acompañado a la persona con diversidad funcional y se ha encargado de garantizar en todo momento las medidas de prevención de contagio de la Covid-19. Las familias que han solicitado el servicio han podido escoger entre dos franjas horarias: de 9 a 14 h y de 16 a 20 h, de lunes a viernes. Como máximo, se podían pedir dos horas a la semana en días diferentes.

En total, el servicio ha recibido 339 demandas, de las que se han atendido 333 ─el resto no cumplían los requisitos básicos, ya que no disponían del certificado de discapacidad o bien tenían más de 60 años y, por tanto, eran consideradas colectivo de riesgo─. Las personas que han disfrutado del servicio han sido derivadas, en un 80% de los casos, desde diferentes entidades y servicios del ámbito de la diversidad funcional. El 20% restante han sido demandas particulares. Gracias a esta iniciativa, se han atendido un total de 17 personas, un 90% de las cuales eran adultos con discapacidad y poco apoyo familiar.

Este nuevo servicio tenía como objetivo acompañar fuera del domicilio de forma profesionalizada a las personas con diversidad funcional que, como consecuencia de la situación excepcional de confinamiento, pudieran presentar alteraciones de conducta. Al mismo tiempo, también quería ofrecer un rato de respiro a sus familias y facilitarles la realización de tareas que son difíciles de compaginar con la atención a la persona con diversidad funcional: ir a comprar, hacer gestiones, mantener reuniones telemáticas, atender a otras personas del domicilio, etc. Tanto las entidades como algunas de las familias de las personas usuarias han trasladado al Consistorio una buena valoración del servicio.