Rubí rinde homenaje a once rubinenses deportados durante el nazismo en un acto solemne en El Celler
Este martes y miércoles se instalarán los adoquines "Stolpersteine" en aquellos puntos de la ciudad que fueron la última residencia de los homenajeados
La ciudad ha homenajeado este lunes a los once rubinenses que el Consistorio ha documentado que fueron deportados durante el nazismo, en el marco de un acto que ha tenido lugar en El Celler y que ha contado con la presencia de familiares, autoridades y entidades vinculadas a la memoria histórica. El acto de recuerdo ha precedido el inicio de la colocación, este mismo martes, de las once Stolpersteine ideadas por el artista alemán Gunter Demnig, una por cada una de las víctimas que tuvieron su última residencia en el municipio.
Son Enric Aragonès Campderròs, Joaquim Aragonès Campderròs, Francesc Bartroli Creus, Gregorio Beltran Jardiel, Joaquim Cardona Pareras, Jesús Montroig Cuartero, Antoni Òdena Òdena, Antoni Pereña Salas, Joaquim Rusiñol Folch, Andreu Vidal Almirall y José López de Letona Angulo. Aunque algunos de estos hombres lograron sobrevivir hasta la liberación de los campos de concentración nazis, la mayoría fueron asesinados.
El homenaje de este lunes ha tenido como protagonistas a las familias de estos once rubinenses. Meritxell Bartroli, nieta de Joan Bartroli ─hermano de Francesc Bartroli─, ha asegurado que aquellos hechos marcaron mucho a su familia: "Cuando el abuelo hablaba de la guerra, la abuela lo hacía callar. Y el tío Josep, que aún está vivo, cuando oye hablar de su hermano Francesc se le hace un nudo en la garganta. El abuelo puso a mi padre el nombre de Francesc, en honor de aquel hermano que le quitaron, aquel hermano a quien se lo llevaron de joven y al que robaron la juventud y la vida". La descendiente de Bartroli ha concluido su intervención deseando que "la sociedad tenga memoria de la barbarie que se vivió aquellos años".
Pere Boada Aragonès es sobrino nieto y nieto de Enric y Joaquim Aragonès Campderròs. Ha explicado que, cuando murió su abuelo, la familia le hizo un homenaje durante el entierro. "Ahora, la colocación de estos adoquines supone un homenaje institucional, permanente y divulgativo". Boada ha confesado que admiraba mucho a su abuelo, que le contaba cosas "que no aparecían en los telediarios ni en los periódicos, cosas que estaban silenciadas por el franquismo. Ahora, el abuelo estaría contento que se conozca lo que hicieron, lo que vivieron y por lo que lucharon, a pesar de que han pasado tantos años".
Por su parte, Albert Cardona Mas, sobrino de Joaquim Cardona Pareras, ha comentado que, en 1936, su tío tenía sólo 17 años y que falsificó su célula ─el DNI de entonces─ para poder ir el frente y combatir como sus hermanos. Cardona ha alabado la labor que llevan a cabo los divulgadores y la iniciativa de las Stolpersteine: "Si no fuera por eso, la mayoría de la gente no sabría que hubo hombres valientes que sufrieron dos guerras". Y ha trasladado a los presentes un anhelo: "Si alguna vez tenemos que combatir a un dictador, hagámoslo con las urnas, no con las armas".
La bisnieta de José López de Letona Angulo, Clàudia López de Letona Solé, ha reflexionado sobre la memoria histórica: "Cada generación vive los hechos de una manera diferente. Y aunque en mi caso y el de mi padre no hemos vivido una guerra, somos muy conscientes de la relevancia de los hechos". López de Letona ha centrado su trabajo de investigación a seguir los pasos de su bisabuelo y, mientras lo llevaba a cabo, descubrió que muchos documentos habían sido eliminados. "Es por eso que tenemos que decir en voz alta y clara que esto no se puede volver a repetir".
Por último, Mercè Òdena Sangrà, sobrina de Antoni Òdena Òdena, ha recordado la vida de su tío, a quien "no le gustaba hablar de aquella época. Cuando íbamos a verlo y le hacíamos preguntas o le enseñábamos alguna fotografía de los campos, él decía que no nos podíamos imaginar el dolor que habían vivido. Y no soportaba que se tirara la comida".
Todos los familiares han agradecido a las autoridades el acto de homenaje y reconocimiento a sus seres queridos, que sufrieron el horror del nazismo.
El encuentro de este lunes ha sido presidido por la alcaldesa, Ana María Martínez Martínez, y ha contado también con la participación de los concejales de Memoria Histórica, Pau Navarro Cano, y de Promoción y Dinamización Cultural, Moisés Rodríguez Cantón, además de representantes del Memorial Democrático, la Amical Mauthausen, miembros de la Mesa de la Memoria Histórica e historiadores locales.
La alcaldesa, durante su intervención, ha comentado que cuando el artista Gunter Demnig ideó las Stolpersteine, hace más de 20 años, lo hizo movido por la necesidad de hacer memoria. "Pues bien, en Rubí, no queremos olvidar ni los nombres ni las historias de estos once vecinos que sufrieron el horror de la deportación. Queremos honrar su lucha y convertirla en la inspiración de una sociedad libre y justa; aquella que reconoce los errores cometidos y los convierte en fuente de aprendizaje". Ana María Martínez Martínez ha hablado del "toque de atención" que estos pequeños monumentos supondrán para todos los y las rubinenses: "Creo que será especialmente interesante el papel que jugarán las Stolpersteine en la sensibilización de los más jóvenes. Aquellos a los que los hechos que recordamos les quedan lejos y que, en esta falsa seguridad que les da la distancia, creen que la historia no se puede repetir".
El concejal de Memoria Histórica, Pau Navarro Cano, también ha destacado la importancia de este acto, que coincide con el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen: "Hoy lo hacemos en Rubí, pero sabemos que este homenaje se hace en todo el mundo. Tenemos, pues, un motivo más para sentirnos vinculados a muchísimas personas que sufrieron la deportación y el nazismo. Y compartimos la voluntad de recordar y aprender del pasado para mirar al futuro. Es un ejercicio de memoria democrática europea y mundial".
La Escuela Municipal de Música Pere Burés también ha aportado su grano de arena al acto, con una pequeña actuación en recuerdo de las víctimas. El homenaje, que ha coincidido con el Día internacional de la paz, se ha celebrado con aforo restringido, siguiendo todas las recomendaciones sanitarias para prevenir la Covid-19.
Objetivo: no olvidar
Las Stolpersteine llegaron a la ciudad en julio y este martes y miércoles serán instaladas en su emplazamiento definitivo.
El proyecto de las Stolpersteine nació en los años 90, cuando Demnig se interesó por conmemorar artísticamente a los hombres y mujeres deportados y asesinados por el nacionasocialismo. El alemán creó este monumento exhortatori de latón, donde consta el nombre de la víctima y algunos de sus datos esenciales. Las Stolpersteine se colocan en las aceras, próximas a la última residencia de las personas homenajeadas antes de su arresto o deportación.
Si no hubiera sido por la situación de pandemia, el propio artista las habría colocado en Rubí. Y es que Demnig concibe este trabajo manual como parte de un proceso artístico que tiene por objetivo honrar la memoria de las víctimas y evitar el olvido.