Rubí ya es una ciudad cardioprotegida
La ciudad se ha equipado con una red de 34 desfibriladores repartidos en puntos estratégicos que cubren todo el territorio y las zonas de paso más habituales
Rubí es una ciudad cardioprotegida gracias a la red de 34 desfibriladores (DEA) repartidos en puntos estratégicos por toda la ciudad. Se trata de aparatos electrónicos que de una manera sencilla pueden diagnosticar y tratar una parada cardiorespiratoria o una taquicardia. Todos los desfibriladores están al alcance de las personas y ofrecen una explicación sencilla de los pasos a seguir en caso de uso.
Los desfibriladores están gestionados por la empresa Caryosa que se hace responsable del mantenimiento y reposición, en caso de ser necesario. Caryosa es una empresa especialista del sector que ofrece este servicio a diferentes ciudades del Estado.
Los aparatos están ubicados en zonas de paso habituales para muchos y muchas rubinenses y en puntos estratégicos para facilitar el acceso desde cualquier punto del municipio. De este modo, la ciudad pone a disposición de la ciudadanía herramientas que pueden salvar vidas en situaciones de emergencia.
Son aparatos fáciles de utilizar puesto que, una vez, indican al usuario cuales son los pasos a seguir de una manera sencilla.
Como actuar?
1. Hay que acercarnos a la víctima y comprobar si está consciente y si respira. Una buena manera es hablarle para ver si reacciona y acercar la cara en su boca para determinar si respira.
2. Hay que pedir ayuda a las personas que hay cerca y llamar al teléfono de emergencias: el 112. Es recomendable realizar esta acción mientras ya se va a buscar el desfibrilador más próximo. Si alguien nos está ayudando, el mejor es que cada cual haga una cosa.
3. Una vez somos ante el desfibrilador, tenemos que abrir la caja con decisión, cogerlo y llevarlo hasta dónde está la víctima.
4. Una vez estamos en el lugar de los hechos, tenemos que abrir la tapa del aparato y escuchar y seguir las instrucciones que nos da la locución.
5. El primer paso es descubrir el pecho de la víctima.
6. Después, hay que coger los parches (los electrodos), desengancharlos y colocarlos sobre el torso del afectado. Uno, el que se prefiera, se tiene que poner en la parte derecha, sobre el pecho (por encima del pezón). El otro, va a la izquierda, por debajo el pecho, a la zona de las costillas.
7. Cuando el aparato lo indique, nos tenemos que apartar de la víctima para que el DEA dé la descarga eléctrica.
8. Si la persona recupera la conciencia, solo nos queda esperar los servicios médicos. Si no es así, el DEA sigue monitorizando al paciente e indicándonos los pasos a seguir. El aparato determina si hacen falta nuevas descargas y, de ser así, las va administrando, siempre con previo aviso. Las personas que tengan nociones, pueden hacer masaje cardiorespiratorio entre una y otra descarga.
9. El último paso, es esperar la llegada de la asistencia médica y explicarlos la situación. Ellos se llevarán el DEA puesto que contiene información de las constantes del paciente.