La Cambra de Comerç apunta un modelo de gestión mixta en los polígonos de Rubí para mantener un grado óptimo de conservación y funcionamiento
Un estudio de la Cambra de Comerç apunta hacia la necesidad de aunar fuerzas entre las empresas de los polígonos para el buen funcionamiento de los mismos.
La Cambra de Comerç de Terrassa y la patronal CECOT han hecho públicas esta semana las primeras conclusiones de los estudios encargados por el Ayuntamiento de Rubí para conocer cuál es la situación real de los polígonos industriales de la ciudad y qué acciones son necesarias para garantizar su estado óptimo de funcionamiento. El consistorio firmaba en marzo una prueba piloto con la Diputación de Barcelona para empezar a trabajar en este sentido, y en octubre, firmaba un convenio con la Cambra para hacer un estudio de mejora de la gestión de los polígonos y, de forma paralela, pedía el apoyo de la CECOT para hacer un análisis de situación de las zonas industriales locales.
La situación de los 10 polígonos que hay actualmente en Rubí es, según los resultados aportados por la CECOT, muy desigual. Los polígonos de mayor antigüedad, Rubí Sur y Can Jardín, son los que muestran más carencias, donde las actuaciones son más urgentes y donde hace falta una inversión más importante. En el extremo opuesto se encuentran los polígonos de reciente creación, La Llana y el Molí de la Bastida, donde el estado de conservación es adecuado y las inversiones de mejora necesarias son pocas. Entre un extremo y otro se encuentran los polígonos de Can Rosés y Cova Solera donde, pese a tener buenas condiciones de urbanización hay defectos de conservación y problemas relacionados con la convivencia de las empresas con el tejido urbano residencial. Como polígonos singulares, presenta la CECOT a los de la carretera de Terrassa y Can n’Alzamora. En el primero, según la patronal hace falta una remodelación a fondo de su configuración mientras que para el segundo recomienda una reconversión manteniendo sólo la industria de a pie de carretera. Al margen de señalar de forma diferenciada qué carencias particulares tiene cada polígono, la CECOT apuesta por agrupar, de un lado los 4 polígonos del norte de la ciudad (Ctra. Terrassa, Molí de la Bastida, Can Rosés y La Llana) y, del otro, los 3 polígonos del sur de la ciudad (Can Jardín, Rubí Sur y Cova Solera) en entidades superiores para solucionar sus intereses comunes.
Por otro lado, el estudio de valoración de necesidades presentado por la Cambra de Comerç de Terrassa se ha hecho a partir de las respuestas de 94 de las 900 encuestas. La valoración mediana de satisfacción de los 10 polígonos es de un 4,7, consiguiendo un notable alto en Sant Genís (7,5), un aprobado en La Llana, Can Sant Joan y Can n’Alzamora, rozando el aprobado Can Rosés (4,8), Molí de la Bastida (4,5) y Ctra de Terrassa (4,4) y suspendiendo claramente en Rubí Sur (3) y Can Jardí (3,2). La valoración otorgada por los empresarios de Cova Solera ha sido de un 4.
En cuanto al suministro de servicios, los aspectos peor valorados han sido el mantenimiento de los elementos urbanos, la limpieza de aceras y calzadas, la seguridad y el servicio de recogida de basura. Los aspectos mejor valorados en esta categoría han sido el suministro de agua y electricidad y el estado del alcantarillado.
En referencia a la infraestructura viaria y el paisaje del polígono, los empresarios valoran más negativamente las plazas de aparcamiento, la conservación de la calzada y las aceras y los jardines, el arbolado y los espacios libres. Por el contrario, valoran positivamente la conservación de los solares no edificados.
Un tercer bloque valorativo engloba los servicios a los usuarios y la gestión general del polígono. En este sentido las cuestiones que aparecen como peor valoradas son los servicios de atención e información a los usuarios y la coordinación de la gestión entre empresas y Ayuntamiento. Por el contrario, los servicios de restauración en los polígonos aprueban sobradamente.
La Cambra conlcuye finalmente, después de analizar las diferentes fórmulas associativas para llevar a cabo la gestión del mantenimiento y mejora de los polígonos industriales, que la opción más adecuada en los objetivos y necesidades actuales apuntan hacia el asociacionismo voluntario y de naturaleza mixta donde se contemplan criterios de coordinación y colaboración entre la administración pública y los agentes privados (empresas y promotores).
El acuerdo económico y social y el POUM, dos herramientas de transformación
La intevención de la alcaldesa, Carme García, en el acto de presentación de los estudios, se dirigió prioritariamente a concienciar a los empresarios presentes en la jornada sobre la importancia del acuerdo económico y social que el Ayuntamiento quiere impulsar “para afrontar con garantías de éxito los vertiginosos cambios económicos a los que asistimos ya en estos momentos y que han dejado a Rubí en 4 años con 1000 puestos de trabajo, que afortunadamente han sido absorbidos”. García afirmó que “este acuerdo no es una declaración de intenciones” sino que va acompañado de acciones que se deben consensuar con todos los agentes, sociales y económicos de la ciudad.
La importancia de la próxima presentación del POUM, a mediados de enero, según informó la alcaldesa, y su posterior aprobación, fue otro elemento destacado de su discurso. García confirmó que “Rubí tiene vocación de ciudad industrial y quiere continuar siendo una ciudad industrial”. “Ante las continúas preguntas que me llegan al respecto, quiero aclarar que no tenemos ninguna intención de recalificar terrenos industriales en zona residencial. El POUM sólo hará muy pequeñas reconversiones en zonas industriales mezcladas con residenciales”. adelantó que una de las medidas que se incluyen en el POUM para garantizar la supervivencia de la industria local consiste en “dar más edificabilidad y versatilidad de usos, en definitiva, más facilidades a las industrias y a los polígonos”.
El presidente de la Cambra de Comerç i Indústria de Terrassa, Marià Galí, reconoció que “Rubí se encuentra en un momento muy interesante con herramientas de trabajo de planificación como el POUM encima de la mesa” y destacó “la importancia capital industrial que tiene Rubí dentro la provincia de Barcelona”.
Por su parte, el vicepresidente de la CECOT, Martí Colomer, quiso evidenciar que la patronal vallesana “apuesta decididamente por el desarrollo económico de Rubí” y pidió que “los estudios que hoy se presentan no que queden en un cajón”.
Finalmente, los tres, durante sus intervenciones, evidenciaron la necesidad de que, para mejorar los polígonos industriales de Rubí, hacía falta el compromiso de todos, administración local, patronales y organismos empresariales y, sobre todo, el de las empresas afincadas en los 10 polígonos.
La situación de los 10 polígonos que hay actualmente en Rubí es, según los resultados aportados por la CECOT, muy desigual. Los polígonos de mayor antigüedad, Rubí Sur y Can Jardín, son los que muestran más carencias, donde las actuaciones son más urgentes y donde hace falta una inversión más importante. En el extremo opuesto se encuentran los polígonos de reciente creación, La Llana y el Molí de la Bastida, donde el estado de conservación es adecuado y las inversiones de mejora necesarias son pocas. Entre un extremo y otro se encuentran los polígonos de Can Rosés y Cova Solera donde, pese a tener buenas condiciones de urbanización hay defectos de conservación y problemas relacionados con la convivencia de las empresas con el tejido urbano residencial. Como polígonos singulares, presenta la CECOT a los de la carretera de Terrassa y Can n’Alzamora. En el primero, según la patronal hace falta una remodelación a fondo de su configuración mientras que para el segundo recomienda una reconversión manteniendo sólo la industria de a pie de carretera. Al margen de señalar de forma diferenciada qué carencias particulares tiene cada polígono, la CECOT apuesta por agrupar, de un lado los 4 polígonos del norte de la ciudad (Ctra. Terrassa, Molí de la Bastida, Can Rosés y La Llana) y, del otro, los 3 polígonos del sur de la ciudad (Can Jardín, Rubí Sur y Cova Solera) en entidades superiores para solucionar sus intereses comunes.
Por otro lado, el estudio de valoración de necesidades presentado por la Cambra de Comerç de Terrassa se ha hecho a partir de las respuestas de 94 de las 900 encuestas. La valoración mediana de satisfacción de los 10 polígonos es de un 4,7, consiguiendo un notable alto en Sant Genís (7,5), un aprobado en La Llana, Can Sant Joan y Can n’Alzamora, rozando el aprobado Can Rosés (4,8), Molí de la Bastida (4,5) y Ctra de Terrassa (4,4) y suspendiendo claramente en Rubí Sur (3) y Can Jardí (3,2). La valoración otorgada por los empresarios de Cova Solera ha sido de un 4.
En cuanto al suministro de servicios, los aspectos peor valorados han sido el mantenimiento de los elementos urbanos, la limpieza de aceras y calzadas, la seguridad y el servicio de recogida de basura. Los aspectos mejor valorados en esta categoría han sido el suministro de agua y electricidad y el estado del alcantarillado.
En referencia a la infraestructura viaria y el paisaje del polígono, los empresarios valoran más negativamente las plazas de aparcamiento, la conservación de la calzada y las aceras y los jardines, el arbolado y los espacios libres. Por el contrario, valoran positivamente la conservación de los solares no edificados.
Un tercer bloque valorativo engloba los servicios a los usuarios y la gestión general del polígono. En este sentido las cuestiones que aparecen como peor valoradas son los servicios de atención e información a los usuarios y la coordinación de la gestión entre empresas y Ayuntamiento. Por el contrario, los servicios de restauración en los polígonos aprueban sobradamente.
La Cambra conlcuye finalmente, después de analizar las diferentes fórmulas associativas para llevar a cabo la gestión del mantenimiento y mejora de los polígonos industriales, que la opción más adecuada en los objetivos y necesidades actuales apuntan hacia el asociacionismo voluntario y de naturaleza mixta donde se contemplan criterios de coordinación y colaboración entre la administración pública y los agentes privados (empresas y promotores).
El acuerdo económico y social y el POUM, dos herramientas de transformación
La intevención de la alcaldesa, Carme García, en el acto de presentación de los estudios, se dirigió prioritariamente a concienciar a los empresarios presentes en la jornada sobre la importancia del acuerdo económico y social que el Ayuntamiento quiere impulsar “para afrontar con garantías de éxito los vertiginosos cambios económicos a los que asistimos ya en estos momentos y que han dejado a Rubí en 4 años con 1000 puestos de trabajo, que afortunadamente han sido absorbidos”. García afirmó que “este acuerdo no es una declaración de intenciones” sino que va acompañado de acciones que se deben consensuar con todos los agentes, sociales y económicos de la ciudad.
La importancia de la próxima presentación del POUM, a mediados de enero, según informó la alcaldesa, y su posterior aprobación, fue otro elemento destacado de su discurso. García confirmó que “Rubí tiene vocación de ciudad industrial y quiere continuar siendo una ciudad industrial”. “Ante las continúas preguntas que me llegan al respecto, quiero aclarar que no tenemos ninguna intención de recalificar terrenos industriales en zona residencial. El POUM sólo hará muy pequeñas reconversiones en zonas industriales mezcladas con residenciales”. adelantó que una de las medidas que se incluyen en el POUM para garantizar la supervivencia de la industria local consiste en “dar más edificabilidad y versatilidad de usos, en definitiva, más facilidades a las industrias y a los polígonos”.
El presidente de la Cambra de Comerç i Indústria de Terrassa, Marià Galí, reconoció que “Rubí se encuentra en un momento muy interesante con herramientas de trabajo de planificación como el POUM encima de la mesa” y destacó “la importancia capital industrial que tiene Rubí dentro la provincia de Barcelona”.
Por su parte, el vicepresidente de la CECOT, Martí Colomer, quiso evidenciar que la patronal vallesana “apuesta decididamente por el desarrollo económico de Rubí” y pidió que “los estudios que hoy se presentan no que queden en un cajón”.
Finalmente, los tres, durante sus intervenciones, evidenciaron la necesidad de que, para mejorar los polígonos industriales de Rubí, hacía falta el compromiso de todos, administración local, patronales y organismos empresariales y, sobre todo, el de las empresas afincadas en los 10 polígonos.