Niños y mayores reflexionan sobre la mediación ciudadana en el marco de un taller intergeneracional
Los participantes consideran que ambos colectivos deben conocerse más para poder ser más tolerantes los unos con los otros.
El Ayuntamiento de Rubí ha convocado a los miembros del Consejo de las Personas Mayores y del Consejo de los Niños a un taller intergeneracional para trabajar aquellas 'habilidades sociales' que resultan muy útiles y efectivas a la hora de resolver determinados conflictos. El objetivo de esta actividad ha sido debatir y definir una serie de retos para conseguir una ciudad más cívica y tolerante.
El taller ha contado con la asistencia de más de una cuarentena de participantes, que previamente han puesto en común las reflexiones y el trabajo realizado por el Consejo de las Personas Mayores y el Consejo de los Niños durante dos talleres sectoriales celebrados anteriormente. A continuación, los participantes se han dividido en 4 grupos (integrados por miembros de ambos consejos), cada uno de los cuales ha trabajado un tema diferente: comunicación intergeneracional, ocio y tiempo libre, uso del espacio público y relaciones desde las diferencias.
Una vez debatidos estos temas, dos representantes de cada grupo han expuesto las conclusiones a las que han llegado al resto y, posteriormente, se han definido las conclusiones finales. Entre otros, los participantes en este taller creen que sería necesario que ambas generaciones hablaran más entre ellas y que se conocieran más para, de esta manera, poder ser más tolerantes con el otro colectivo. Encuentran necesario que todos aprendan a no tener prejuicios y consideran que, especialmente los mayores, deben hacer un esfuerzo por conocer la realidad de la gente joven para poder ser más tolerantes. En este sentido, han recordado que ellos también fueron jóvenes años atrás. Según los miembros del Consejo de las Personas Mayores y del Consejo de los Niños, uno de los problemas actuales es que, mientras antes todo el mundo se conocía, ahora incluso hay vecinos de una misma escala que no han hablado nunca. Y eso, según los participantes en el taller, provoca que haya más prejuicios. Por último, también han reflexionado sobre la importancia de los espacios públicos como espacios de convivencia.
El taller ha servido para potenciar y desarrollar todas aquellas 'habilidades sociales' y comunicativas que necesitan la gente mayor y los niños para poder relacionarse y, así, potenciar las diferencias generacionales como un valor, generando compromisos desde la cultura del diálogo, el respeto y la tolerancia.
El taller ha contado con la asistencia de más de una cuarentena de participantes, que previamente han puesto en común las reflexiones y el trabajo realizado por el Consejo de las Personas Mayores y el Consejo de los Niños durante dos talleres sectoriales celebrados anteriormente. A continuación, los participantes se han dividido en 4 grupos (integrados por miembros de ambos consejos), cada uno de los cuales ha trabajado un tema diferente: comunicación intergeneracional, ocio y tiempo libre, uso del espacio público y relaciones desde las diferencias.
Una vez debatidos estos temas, dos representantes de cada grupo han expuesto las conclusiones a las que han llegado al resto y, posteriormente, se han definido las conclusiones finales. Entre otros, los participantes en este taller creen que sería necesario que ambas generaciones hablaran más entre ellas y que se conocieran más para, de esta manera, poder ser más tolerantes con el otro colectivo. Encuentran necesario que todos aprendan a no tener prejuicios y consideran que, especialmente los mayores, deben hacer un esfuerzo por conocer la realidad de la gente joven para poder ser más tolerantes. En este sentido, han recordado que ellos también fueron jóvenes años atrás. Según los miembros del Consejo de las Personas Mayores y del Consejo de los Niños, uno de los problemas actuales es que, mientras antes todo el mundo se conocía, ahora incluso hay vecinos de una misma escala que no han hablado nunca. Y eso, según los participantes en el taller, provoca que haya más prejuicios. Por último, también han reflexionado sobre la importancia de los espacios públicos como espacios de convivencia.
El taller ha servido para potenciar y desarrollar todas aquellas 'habilidades sociales' y comunicativas que necesitan la gente mayor y los niños para poder relacionarse y, así, potenciar las diferencias generacionales como un valor, generando compromisos desde la cultura del diálogo, el respeto y la tolerancia.