Una docena de empresarios asisten a la clausura de la 2ª edición del proyecto Cuadro de mando de la OSE
Las empresas rubinenses que han participado en esta iniciativa han recibido la herramienta multimedia para elaborar su propio cuadro de mando.
Un total de 12 empresas de la ciudad han participado en el acto de clausura de la 2ª edición del proyecto Cuadro de mando que la Oficina de Servicios a la Empresa (OSE) del Ayuntamiento de Rubí ha realizado durante el segundo semestre del año.
El proyecto, subvencionado por el Consistorio rubinense y la Diputación de Barcelona, se ha dirigido a las pymes del municipio interesadas en mejorar su gestión y ha permitido implantar una aplicación informática que facilita la visualización de los indicadores más importantes para gestionar la empresa. Durante las sesiones que se han llevado a cabo, los empresarios han contado con un asesor personal que les ha ayudado a identificar los indicadores de gestión más adecuados para cada empresa y a elaborar, implantar y controlar estos indicadores con esta aplicación informática que proporciona, al mismo tiempo, propuestas de mejora de aspectos concretos.
Durante el acto de clausura se ha presentado la experiencia de 10 de las 15 empresas que han participado en el proyecto Cuadro de mando 2012. Entre las conclusiones que se han planteado destaca el hecho que el proyecto ha ayudado a la mejora de la gestión de las empresas realitzando una radiografía de su situación actual. Esta herramienta las ha ayudado a desenvolupar nuevas estrategias y a mejorar aquellas áreas que no tenían tan desarrollas. También les ha permitido sistematizar la planificación y ser capaces de tomar decisiones de forma más eficaz.
¿Qué es el cuadro de mando y cómo se implementa?
Imaginemos que un coche no tienen indicador de velocidad ni del nivel de aceite. ¿Qué control tendría el conductor sobre él? Como evitaría multas y sanciones y cuando sabría que debe cambiar el aceite? ¿Qué seguridad tendría? Es lo mismo con cualquier empresa sin cuadro de mando. Esta herramienta explica cómo está la empresa y qué se debe corregir. Indica, de forma gráfica, el grado de cumplimiento de la estrategia de la empresa y de cada uno de los objetivos que se ha marcado.
Para poder elaborar un cuadro de mando, primero se debe definir la estrategia de la empresa. Se trata de un proceso de reflexión que se inicia estableciendo la misión de la compañía (para tener claro quiénes somos, a qué nos dedicamos y cuál es la razón de ser de la organización), la visión (la imagen futura de lo que se quiere que sea la empresa para saber dónde deseamos llegar) y los valores (los fundamentos de la organización que regulan el comportamiento de las personas que trabajan en ella).
También hay que hacer un análisis DAFO, una metodología que permite analizar la situación competitiva de la empresa en el mercado: situación externa, oportunidades y amenazas del entorno y sus características internas.
Posteriormente hay que decidir el camino que se quiere emprender, definiendo la línea estratégica. Es aconsejable no decidir más de dos. Estas líneas estratégicas se cuantifican mediante los objetivos, que deberán ser coherentes y, sobre todo, cuantificables, para poder determinar si han sido alcanzados.
Una vez definidos los objetivos estratégicos deben concretarse para las diferentes perspectivas asociadas a las áreas funcionales de la empresa: clientes, entorno, finanzas, procesos, personas de la organización... fijando las prioridades y convirtiéndolas en objetivos medibles.
Todas las perspectivas se construyen con la misma metodología: se fija el objetivo, se busca el indicador y la forma de calcularlo.
El proyecto, subvencionado por el Consistorio rubinense y la Diputación de Barcelona, se ha dirigido a las pymes del municipio interesadas en mejorar su gestión y ha permitido implantar una aplicación informática que facilita la visualización de los indicadores más importantes para gestionar la empresa. Durante las sesiones que se han llevado a cabo, los empresarios han contado con un asesor personal que les ha ayudado a identificar los indicadores de gestión más adecuados para cada empresa y a elaborar, implantar y controlar estos indicadores con esta aplicación informática que proporciona, al mismo tiempo, propuestas de mejora de aspectos concretos.
Durante el acto de clausura se ha presentado la experiencia de 10 de las 15 empresas que han participado en el proyecto Cuadro de mando 2012. Entre las conclusiones que se han planteado destaca el hecho que el proyecto ha ayudado a la mejora de la gestión de las empresas realitzando una radiografía de su situación actual. Esta herramienta las ha ayudado a desenvolupar nuevas estrategias y a mejorar aquellas áreas que no tenían tan desarrollas. También les ha permitido sistematizar la planificación y ser capaces de tomar decisiones de forma más eficaz.
¿Qué es el cuadro de mando y cómo se implementa?
Imaginemos que un coche no tienen indicador de velocidad ni del nivel de aceite. ¿Qué control tendría el conductor sobre él? Como evitaría multas y sanciones y cuando sabría que debe cambiar el aceite? ¿Qué seguridad tendría? Es lo mismo con cualquier empresa sin cuadro de mando. Esta herramienta explica cómo está la empresa y qué se debe corregir. Indica, de forma gráfica, el grado de cumplimiento de la estrategia de la empresa y de cada uno de los objetivos que se ha marcado.
Para poder elaborar un cuadro de mando, primero se debe definir la estrategia de la empresa. Se trata de un proceso de reflexión que se inicia estableciendo la misión de la compañía (para tener claro quiénes somos, a qué nos dedicamos y cuál es la razón de ser de la organización), la visión (la imagen futura de lo que se quiere que sea la empresa para saber dónde deseamos llegar) y los valores (los fundamentos de la organización que regulan el comportamiento de las personas que trabajan en ella).
También hay que hacer un análisis DAFO, una metodología que permite analizar la situación competitiva de la empresa en el mercado: situación externa, oportunidades y amenazas del entorno y sus características internas.
Posteriormente hay que decidir el camino que se quiere emprender, definiendo la línea estratégica. Es aconsejable no decidir más de dos. Estas líneas estratégicas se cuantifican mediante los objetivos, que deberán ser coherentes y, sobre todo, cuantificables, para poder determinar si han sido alcanzados.
Una vez definidos los objetivos estratégicos deben concretarse para las diferentes perspectivas asociadas a las áreas funcionales de la empresa: clientes, entorno, finanzas, procesos, personas de la organización... fijando las prioridades y convirtiéndolas en objetivos medibles.
Todas las perspectivas se construyen con la misma metodología: se fija el objetivo, se busca el indicador y la forma de calcularlo.