Una quincena de empresas participan en una nueva edición del proyecto Cuadro de mando de la OSE
Esta iniciativa se dirige a aquellas pymes y micro-pymes de la ciudad que quieren mejorar su gestión.
La Oficina de Servicios a la Empresa (OSE) de Rubí, con el apoyo de la Diputación de Barcelona, organiza una nueva edición del proyecto 'Cuadro de mando'. Esta es la segunda edición de este programa, después de la primera experiencia piloto organizada hace un par de años. Un total de 15 empresas interesadas en mejorar la gestión de su compañía participan en este proyecto, que finalizará el mes de noviembre.
Gracias a esta iniciativa, las empresas participantes podrán implantar una aplicación informática que les permitirá visualizar los indicadores más importantes para gestionar la compañía. A partir de este mes de julio, tres consultores asesorarán a las empresas participantes a identificar los indicadores de gestión más adecuados para cada empresa y a elaborar, implantar y controlar estos indicadores a través de una aplicación en formato excel que proporciona, al mismo tiempo, propuestas de mejora de aspectos concretos.
Un total de 23 empresas se han mostrado interesadas en participar en esta iniciativa. Finalmente, sólo 15 firmas formarán parte del proyecto. El resto no cumplían los requisitos exigidos, ya fuera porque no son de Rubí, porque la gestión de la empresa sólo recae en una única persona o porque se trataba de comercios.
¿Qué es el cuadro de mando y cómo se implementa?
Imaginemos que un coche no tienen indicador de velocidad ni del nivel de aceite. ¿Qué control tendría el conductor sobre él? Como evitaría multas y sanciones y cuando sabría que debe cambiar el aceite? ¿Qué seguridad tendría? Es lo mismo con cualquier empresa sin cuadro de mando. Esta herramienta explica cómo está la empresa y qué se debe corregir. Indica, de forma gráfica, el grado de cumplimiento de la estrategia de la empresa y de cada uno de los objetivos que se ha marcado.
Para poder elaborar un cuadro de mando, primero se debe definir la estrategia de la empresa. Se trata de un proceso de reflexión que se inicia estableciendo la misión de la compañía (para tener claro quiénes somos, a qué nos dedicamos y cuál es la razón de ser de la organización), la visión (la imagen futura de lo que se quiere que sea la empresa para saber dónde deseamos llegar) y los valores (los fundamentos de la organización que regulan el comportamiento de las personas que trabajan en ella).
También hay que hacer un análisis DAFO, una metodología que permite analizar la situación competitiva de la empresa en el mercado: situación externa, oportunidades y amenazas del entorno y sus características internas.
Posteriormente hay que decidir el camino que se quiere emprender, definiendo la línea estratégica. Es aconsejable no decidir más de dos. Estas líneas estratégicas se cuantifican mediante los objetivos, que deberán ser coherentes y, sobre todo, cuantificables, para poder determinar si han sido alcanzados.
Una vez definidos los objetivos estratégicos deben concretarse para las diferentes perspectivas asociadas a las áreas funcionales de la empresa: clientes, entorno, finanzas, procesos, personas de la organización... fijando las prioridades y convirtiéndolas en objetivos medibles.
Todas las perspectivas se construyen con la misma metodología: se fija el objetivo, se busca el indicador y la forma de calcularlo.
Gracias a esta iniciativa, las empresas participantes podrán implantar una aplicación informática que les permitirá visualizar los indicadores más importantes para gestionar la compañía. A partir de este mes de julio, tres consultores asesorarán a las empresas participantes a identificar los indicadores de gestión más adecuados para cada empresa y a elaborar, implantar y controlar estos indicadores a través de una aplicación en formato excel que proporciona, al mismo tiempo, propuestas de mejora de aspectos concretos.
Un total de 23 empresas se han mostrado interesadas en participar en esta iniciativa. Finalmente, sólo 15 firmas formarán parte del proyecto. El resto no cumplían los requisitos exigidos, ya fuera porque no son de Rubí, porque la gestión de la empresa sólo recae en una única persona o porque se trataba de comercios.
¿Qué es el cuadro de mando y cómo se implementa?
Imaginemos que un coche no tienen indicador de velocidad ni del nivel de aceite. ¿Qué control tendría el conductor sobre él? Como evitaría multas y sanciones y cuando sabría que debe cambiar el aceite? ¿Qué seguridad tendría? Es lo mismo con cualquier empresa sin cuadro de mando. Esta herramienta explica cómo está la empresa y qué se debe corregir. Indica, de forma gráfica, el grado de cumplimiento de la estrategia de la empresa y de cada uno de los objetivos que se ha marcado.
Para poder elaborar un cuadro de mando, primero se debe definir la estrategia de la empresa. Se trata de un proceso de reflexión que se inicia estableciendo la misión de la compañía (para tener claro quiénes somos, a qué nos dedicamos y cuál es la razón de ser de la organización), la visión (la imagen futura de lo que se quiere que sea la empresa para saber dónde deseamos llegar) y los valores (los fundamentos de la organización que regulan el comportamiento de las personas que trabajan en ella).
También hay que hacer un análisis DAFO, una metodología que permite analizar la situación competitiva de la empresa en el mercado: situación externa, oportunidades y amenazas del entorno y sus características internas.
Posteriormente hay que decidir el camino que se quiere emprender, definiendo la línea estratégica. Es aconsejable no decidir más de dos. Estas líneas estratégicas se cuantifican mediante los objetivos, que deberán ser coherentes y, sobre todo, cuantificables, para poder determinar si han sido alcanzados.
Una vez definidos los objetivos estratégicos deben concretarse para las diferentes perspectivas asociadas a las áreas funcionales de la empresa: clientes, entorno, finanzas, procesos, personas de la organización... fijando las prioridades y convirtiéndolas en objetivos medibles.
Todas las perspectivas se construyen con la misma metodología: se fija el objetivo, se busca el indicador y la forma de calcularlo.