Patrimonio
Rubí cuenta con un patrimonio muy rico, que abarca desde los primeros núcleos de población estable y continuada de época ibérica hasta la etapa modernista.
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Se han encontrado diferentes restos arqueológicos que demuestran que en la zona hubo un poblado íbero que luego se extendió hacia la zona del Castillo y que terminó siendo una especie de villa romana en el siglo III. De esta época son la estela ibérica, el campo de silos de Can Fatjó y el horno de cerámica que se encontró en 1985 y que aún se conserva en un parque del barrio.
Los hallazgos arqueológicos de la época romana nos remiten a una población dispersa que habitaba en villas ─en nuestro término municipal tenemos localizadas una veintena larga. Hay que esperar hasta la Alta Edad Media, al 986, para encontrar la primera referencia escrita a nuestra ciudad: Rivo Rubeo.
Rubí fue creciendo, pero hasta el siglo XVIII continuó siendo un pequeño núcleo con poca población, salpicado de masías. A mediados del siglo XIX, las fábricas textiles se instalaron junto a la Riera y compartieron protagonismo con el mundo rural, y a principios de siglo XX Rubí disfrutar ya de una actividad cultural y económica muy intensa.
Con la llegada del tren eléctrico, en 1918, llegaron también a Rubí los primeros inmigrantes contemporáneos, pero no fue hasta los años 60 que el nuevo impulso industrial promovió la llegada masiva de inmigrantes del sur.
Tras la trágica riada de la noche del 25 de setiembre de 1962, que terminó con la vida de muchos rubinenses e hizo desaparecer casas, fábricas y huertos, aparecieron nuevos barrios donde, hasta entonces, se habían levantado las viñas.
La llegada de población de otras ciudades catalanas y las oleadas inmigratorias de finales de los años noventa y principios de siglo XXI desde el norte de África y el sur y centro de América han hecho de Rubí una ciudad atractiva, moderna y multicultural.
Rubí cuenta con un patrimonio muy rico, que abarca desde los primeros núcleos de población estable y continuada de época ibérica hasta la etapa modernista.
Durante la noche del 25 de septiembre de 1962, en dos horas cayó una intensa lluvia de más de 200 l/m2 sobre la Serra de l'Obac y de Sant Llorenç del Munt, que provocó un aumento del caudal de los arroyos de Palau y de Rubí, afectando las poblaciones de Terrassa, Les Font y Rubí.
Once "Stolpersteine" rinden homenaje desde septiembre de 2020 a los rubinenses que fueron deportados a los campos de concentración nazis.