"Tuvimos que salir por el tejado de nuestra casa"

Mucha agua y poca luz. Es lo que recuerdan Lola Cantos y Maria Gómez de aquella noche del 25 de septiembre de 1962, momento en que tenían 10 años. Vivían en la única casa que se conserva de antes de la riada en el Escardívol, frente a la comisaría de la Policía Nacional. Las lluvias empezaron y eran tan fuertes que las personas que habitaban aquella casa tuvieron que ir subiendo por la escalera hasta llegar al tejado. Después de minutos de angustia porque veían cómo iba subiendo el agua, pudieron salir e ir a parar a la calle Terrassa. Y como no había luz, sólo podían ver cuando había un relámpago. De hecho, tanto María como Lola explican que en ese momento pudieron observar cómo el agua se llevaba las casas.

Fue una noche trágica por sus familias porque el abuelo de Maria, que iba en silla de ruedas, murió por culpa de la fuerza del agua. En cuanto a Lola, perdió a cinco familiares de su padre. Su abuelo, que les había venido a visitar desde Monistrol de Montserrat, fue uno de ellos, puesto que se había quedado a dormir en casa de una hija. Encontraron su cuerpo quince días después en Sant Carles de la Ràpita. Y lo identificaron gracias a una fotografía que llevaba y que se publicó en un diario.

Ambas rubinenses recuerdan que, mientras escapaban del agua, no eran del todo conscientes de lo que estaba pasando. Después de unas horas contemplaron cómo Escardívol estaba cubierto de agua. Además, explican cómo se quedaron sin nada y tuvieron que empezar de nuevo. Eso sí, fueron días de solidaridad y ayuda entre los vecinos porque todo el mundo se conocía en aquella época. A pesar de que perdieron el contacto, Lola y Maria volvieron a coincidir años más tarde cuando entraron a trabajar en la Josa.

Tienen un claro recuerdo de los días posteriores. Y más concretamente de dos visitas importantes: la de los príncipes Juan Carlos y Sofía y la del general Francisco Franco, a quien acudieron a recibir porque no había más remedio, con banderas. Además, narran cómo después de los años han seguido sufriendo auténtico pánico con las lluvias y con las tormentas. E incluso ahora, cuando ven en televisión episodios como éste, todavía se estremecen.