Miércoles de Ceniza
Después de las celebraciones y los excesos, son varias las versiones que hablan de la muerte de "Carnestoltes". Algunas cuentan que es culpable de todos los males y los excesos de la comunidad y que, después de un juicio público, es condenado. En otras fuentes, se dice que enferma fruto de estos mismos excesos y que, a pesar de los intentos para curarlo, finalmente muere. Una vez muerto, y para evitar el peligro de contagiar la enfermedad a la población, es quemado y/o enterrado en las afueras de la ciudad con vigilias, marchas y despedidas solemnes.
Este rito críptico se conoce también como el entierro o quema de la sardina, un conjunto de prácticas y ceremonias de origen y significado misterioso que tienen lugar el último día de la fiesta, el Miércoles de Ceniza. Se trata de uno de los rituales de mayor complejidad interpretativa: en la tradición de finalizar la fiesta con meriendas populares en las afueras de la población para despedirse de Carnaval, hay quien identifica la sardina con connotaciones carnales relacionadas con el fin de la juerga y el período de abstinencia sexual que se iniciaba en el tiempo de Cuaresma.
De acuerdo con la tradición, la sardina no se puede enterrar o quemar de cualquier manera; hay que hacerlo con una indumentaria concreta. Con papel o con un trozo de tela se le confecciona un traje, un lazo o una pajarita como ornamento. Después se cuelga de una caña y se traslada al lugar de entierro o de quema. (Torné i Clemente, Meritxell (2002) L'Abans. Rubí recull gràfic 1872-1968. Editorial Efadós: El Papiol).
¿Sabías que...?
- En Rubí se mantiene la tradición de quemar la sardina el miércoles de ceniza, una práctica que toma elementos de la quema del "Carnestoltes" y de su identificación con este popular pescado. Un cortejo fúnebre con familias y entidades de cultura popular lleva una sardina decorada para la ocasión, con el objetivo final de quemarla en una gran hoguera y así despedir el Carnaval hasta el próximo año.
- La tradición del Miércoles de Ceniza pide que la ceniza de las ceremonias y rituales de crema y de despedida de Carnaval provenga del resto de ramos y palmas bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior. Es por este motivo que es habitual llevarlos y encontrarlos en ceremonias religiosas y en las marchas fúnebres que se organizan en todo el territorio.
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