Tocs de Sant Roc

Nos explica la tradición que San Roque nació en Montpellier en el siglo XIV y que vino a Barcelona a curar a enfermos apestados. Fue entonces cuando se contagió del mal. Todo el cuerpo se le llenó de llagas virulentas que le supuraban. La familia con la que se estaba, por temor a ser contagiada, le echó de casa. Enfermo y sin fuerzas, quedó arrinconado en un extremo de la plaza Nova de Barcelona. Un perro que pasaba por allí se compadeció del pobre hombre y lamiéndole las llagas lo sanó. Desde entonces nunca más se separaron. A San Roque, se le reconocen innumerables curaciones e incluso se dice que resucitó a muertos de la peste.

A raíz de estos hechos, a mediados del siglo XVI, los rubinenses hicieron un voto de pueblo e implantaron una misa anual el día de la festividad, aprovechando que los campesinos ya habían hecho la batida del trigo y todavía no trabajaban los viñedos.

En 1854, se fundó en Rubí la  Germandat de Sant Roc de Socors Mutus. Sus impulsores fueron mosén Baltà, como párroco; Pau Roca, como alcalde del momento y Joan Llugany. Cada año celebraban la fiesta de su patrón, el último domingo de agosto. Antes de la Guerra, se celebraba una misa, después salían en procesión por las calles de Rubí, con el encabezamiento de la bandera de la hermandad. Por la noche, se organizaban varios bailes en los locales del momento. En 1933, la prensa local ya habla de la Fiesta de Sant Roc como la segunda Fiesta Mayor. Con el conflicto bélico, las hermandades rubinenses que había se fusionaron, como la Fraternidad, la Igualdad, Nuestra Señora de los Dolores y otras, que se convirtieron en la Unió Mutual Rubinenca, encargada de la organización del día de Sant Roc.

Actualmente, para facilitar la participación del mayor número posible de ciudadanía, esta celebración se ha trasladado al tercer fin de semana de septiembre bajo el nombre de Tocs de Sant Roc. La fiesta está organizada por las entidades de la Mesa de Cultura Popular y Tradicional de Rubí y el Ayuntamiento.