Contenedores en la calle
En el término municipal hay 451 emplazamientos de contenedores, donde siempre se ubica, al menos, un contenedor de orgánica y uno de resto. En un gran porcentaje de casos también se encuentran las otras fracciones. Cuando tiras cada residuo en el contenedor correcto, permites su transformación en otros productos útiles.
Qué se puede tirar
Restos de carne, pescado, pan, fruta, verdura, marisco, cáscaras de huevo y de frutos secos, tapones de corcho, bolsas de infusión, marrón del café, papel de cocina y servilletas manchadas de aceite, pequeños restos de jardinería *, etc.
Qué no se puede tirar
Restos de barrer, pelo, pañales y heces de animales, que van al contenedor gris.
* Si tienes que tirar una cantidad considerable, utiliza el servicio gratuito de recogida de poda en el portal de casa y no colapses el contenedor.
Recoger selectivamente la materia orgánica es muy importante porque representa casi el 40% del peso de los residuos generados en los hogares. Cuando se tira correctamente al contenedor marrón llega a las plantas de compostaje donde se convierte en compost, un abono orgánico libre de químicos, que se utiliza como fertilizante en agricultura y jardinería. Si se tira mezclada con el resto en el contenedor gris y llega al vertedero se descompone de forma descontrolada formando lixiviados, que se filtran al subsuelo y lo contaminan, y genera metano: uno de los gases contaminantes causantes del efecto invernadero.
Si tienes huerto o jardín puede que te interese compostar la materia orgánica en casa y obtener una bonificación en la tasa de residuos por elegir esta opción sostenible.
Qué se puede tirar
Envases y botellas de vidrio, sin tapones ni tapas.
Qué no se puede tirar
Vasos rotos, restos de cerámica o platos, que van al resto. Los cristales planos, espejos, fluorescentes o bombillas* deben llevarse a las deixallerias.
La importancia de separar correctamente el vidrio recae en que es un material totalmente reciclable. El vidrio recogido es aprovechado al 100% en la planta de reciclaje, donde se separa por colores, se limpian las etiquetas, tapones y elementos férricos y se tritura hasta convertirlo en polvo con el que se fabricará nuevo cristal. El uso de vidrio reciclado respecto a la fabricación de nuevo reduce un 20% las emisiones nocivas para la atmósfera y un 50% la contaminación de las aguas, ahorrando 100 kg de petróleo y 1200 kg de materias primas por tonelada de vidrio reciclado.
* Establecimientos de electrodomésticos y ferreterías a menudo disponen de contenedores para fluorescentes y bombillas.
Qué se puede tirar
Envases y cajas de cartón, periódicos, revistas, libretas sin espiral metálica, sobres, bolsas de papel, folios, papel de regalo, etc.
Qué no se puede tirar
Papel y material sucio, como servilletas de papel o papel de cocina manchados de aceite, que van al contenedor marrón. Los briks y el papel de aluminio van al contenedor amarillo.
Los papeles y cartones del contenedor azul se llevan a las plantas de reciclaje, donde se convierten en grandes balas de papel triturado. Estas balas se ponen a remojo para obtener pasta de papel limpia de tintas, que se cuela para filtrar los materiales férricos. La pasta resultante se seca, plancha y se hacen bobinas, que se distribuyen en las fábricas papeleras para tener una nueva vida útil.
El ahorro del 85% de agua y el 65% de energía total hace que la diferencia entre la huella ambiental del papel nuevo y del reciclado sea enorme. Además de la reducción de la materia prima necesaria para elaborar nuevo material: cada tonelada de papel reciclado evita la tala de 17 árboles, y sólo en Rubí se recogen alrededor de 1.000 toneladas anuales.
Qué se puede tirar
Envases de plástico, latas de bebidas y conservas, briks, chapas y tapas de metal, papel de aluminio y film transparente, bandejas de porexpán, etc.
Qué no se puede tirar
Juguetes, mangueras de regar, tubos, materiales como cintas de vídeo y CDs, y envases de productos peligrosos (disolventes o pinturas), que deben llevarse a las deixallerias.
Los envases se llevan a las plantas de triaje, donde se separan los distintos materiales mediante la combinación de técnicas ópticas, mecánicas y manuales. Con los distintos materiales seleccionados se crearán nuevos envases y productos.
El reciclaje de los envases es fundamental porque representan un 60% del volumen de los residuos en la ciudad, gran parte del cual acaba llenando los vertederos. El hecho de que gran parte de los productos del mercado estén envasados ha convertido a esta fracción en una de las más contaminantes, motivando legislaciones para frenar su huella ambiental, que va desde el agotamiento de recursos naturales como el petróleo o la bauxita a la contaminación del medio natural y de las especies que lo habitan.
Qué se puede tirar
Restos de cigarrillo, compresas y tampones, pañales, polvo de barrer, algodón, pelo, bolígrafos y lápices usados, heces de animales, mascarillas quirúrgicas, toallitas húmedas, estropajos y bayetas.
Qué no se puede tirar
Bolsas de infusión, papel de cocina sucio de aceite y restos de comida, que van al contenedor marrón. Restos de madera, CD, envases que contienen materiales tóxicos y peligrosos, o ropa*, que deben llevarse a las deixallerias.
Dado que los residuos del contenedor gris terminan en el vertedero, lo idóneo es que este contenedor sólo sirva para tirar los residuos que no se pueden reutilizar o depositar de forma selectiva en los otros contenedores de la calle ni en las deixallerias. Si esta selección se hiciera correctamente, sólo se tirarían al resto un 17% del total de los residuos.
*La ropa y el calzado también los puedes depositar en los contenedores específicos repartidos por la ciudad.